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| mathieu

Mujeres inspiradoras : Retratos de la Zona Norte de Costa Rica

En este Día Internacional de los Derechos de la Mujer, queremos compartir con ustedes estas historias de mujeres fuertes e independientes del norte del país. Han convertido el turismo en un medio de emancipación y empoderamiento. El norte del país aún no se ha visto afectado por el turismo de masas y sigue siendo principalmente una zona agrícola, pero estas mujeres han decidido mostrar su saber hacer y el de sus comunidades a los viajeros que se aventuren en la región. 

Si hablamos del trabajo de las mujeres y de la situación de la mujer, no es sólo porque sea 8 de marzo, sino porque queremos aprovechar esta fecha para poner de relieve los derechos de la mujer en todo el mundo y en Costa Rica.  Aunque el país se considera un alumno modelo en lo que respecta a la conservación del medio ambiente, aún le queda mucho camino por recorrer para acercarse a la igualdad de género.  Por poner algunas cifras y ejemplos: 
  • el aborto es un delito según el código penal de 1970 
  • la píldora del día después sólo es legal desde 2021 
  • en 2023 se registraron nada menos que 800 feminicidios en el país
  • Ese mismo año, había 12,4% de mujeres desempleadas en el país (frente a 7,8% de hombres). 
Esta información pone de manifiesto el largo camino que queda por recorrer... Estamos convencidos de que la acción ciudadana a pequeña escala puede fomentar prácticas más igualitarias a nivel global. Por eso hoy hemos decidido rendir homenaje a las historias de estas cuatro mujeres: Maryeli y Doña Elisabeth de Boca Tapada, Rosi de Caño Negro y las hermanas Bazu de Los Chiles. Sus singulares trayectorias dan fe de su capacidad para levantarse tras cada prueba. Además, su apego a las tradiciones locales las convierte en guías inestimables para conocer la cultura costarricense. 

Maryeli de Boca Tapada 

El proyecto familiar Cuyito de Boca Tapada nació hace varios años. En esta finca, la familia nos invita a descubrir no sólo el saber hacer local, sino también el río San Carlos, que atraviesa el pueblo y se encuentra a los pies de su finca. El establecimiento, de estilo rústico, es totalmente de madera, y la magnífica terraza del restaurante ofrece una vista de pájaro sobre el río. Mientras disfrutamos de las tortillas hechas por nosotros mismos, podemos observar y escuchar a los loros verdes y otras aves de la zona. La guía, Maryeli, es hija de la familia. Se hizo cargo del negocio hace unos meses, tras la muerte de su padre. Con apenas veintidós años, se encarga de dar la bienvenida a los viajeros, llevarles a dar una vuelta en barca por el río y mostrarles las maravillas de la granja familiar, donde hay innumerables plantas medicinales y árboles frutales como el que plantó su padre cuando nació. Por el camino, Maryeli nos hace probar frutas exóticas y nos cuenta su historia:  "Cuando era pequeña, la escuela estaba en el pueblo, a tres kilómetros de aquí. Sólo se tardaba diez minutos en transporte público, pero teníamos un coche viejo y recuerdo que se estropeó más de una vez. Así que mi padre me acompañaba durante una hora. Me hacía cambiar de zapatos para que cuando llegara tuviera unos limpios. Luego empecé a trabajar con mis padres como camarera en nuestro restaurante, hace unos 5 años. Al principio era tímida y no me atrevía a hablar demasiado. Pero con el tiempo empecé a abrirme y ahora soy muy charlatana jaja. Lo que más me gusta de mi trabajo es el intercambio cultural con los visitantes de todo el mundo que vienen a vernos. En el barco, suelo empezar hablando de Costa Rica y de nuestras costumbres, ¡al tiempo que estoy atenta a los animales para enseñárselos! Hoy dirige el negocio familiar; su madre se ocupa de la cocina y la lavandería, ya que también tienen cabañas para alojar a los visitantes. Maryeli también cuenta con la ayuda de un jardinero y un manitas de origen nicaragüense. Llevan muchos años viviendo y trabajando en la granja, y son prácticamente parte de la familia. Por la mañana, hacia las seis, desayunan y discuten la organización del día: hay que actualizar el cartel de la entrada, desherbar parte del terreno...  A la hora de comer, la madre de Maryeli y su ayudante de cocina preparan pescado fresco capturado en el río, como robalo y guapote (pescado parecido a la lubina), con arroz y judías negras aparte. Es, con diferencia, la comida favorita de Maryeli.  Además de ocuparse de la granja, Maryeli sigue cursos en línea para mejorar su inglés. A sus veintidós años, esta joven decidida hace todo lo posible por adquirir nuevos conocimientos para hacer prosperar su patrimonio familiar. 

Doña Elisabeth de Boca Tapada 

Al llegar temprano para visitar la plantación de palmito, nos recibe la matriarca de la casa, Doña Elisabeth. Nos recibe en su casa, rodeada de las mujeres de su familia: su madre, su hermana y una de sus sobrinas. Todas están sentadas alrededor de la gran mesa de la cocina, compartiendo un desayuno a base de arroz y alubias negras, ¡un buen gallo pinto, como a nosotros nos gusta! Te sentirás como en casa cuando te sientes a tomar un café. El edificio principal está rodeado de naturaleza y de un corral con gallinas y cabras. De camino a las plantaciones de Elisabeth, pasamos por campos de piñas cultivadas por otros productores locales de la región. Elisabeth nos explica que esta tierra es cosa de familia y que varios de sus hermanos y hermanas poseen parte de ella. Hay 4 especies de palmitos en el mundo; Costa Rica es el tercer exportador mundial y Francia el primer importador. Nuestra anfitriona nos hace probar el palmito directamente de la planta, recién cortado por el encargado de la recolección; es refrescante, crujiente y delicado. Elisabeth nunca se cansa de comerlos. Cocina palmitos en todas sus formas: como ensalada cruda, cocidos con arroz y queso, en sopa o gratinados. A su padre le gusta cortado en trocitos, lo que exaspera un poco a Elisabeth porque, claro, ¡es ella quien lo prepara!  Tras un recorrido por las plantaciones, nos dirigimos a casa para preparar una deliciosa comida a base de palmitos. Es como estar en la cocina de tu abuela en el campo; te sientes como en casa y la comida, preparada con pasión y amor, tiene un sabor reconfortante. Así que este mediodía, serviremos pollo con nata y palmitos (sin olvidar, por supuesto, nuestro infaltable dúo de arroz y judías negras): ¡una auténtica delicia!  Elisabeth explica que la venta local e internacional de este producto requiere una preparación meticulosa: hay que cortar la palma para extraer su corazón. Después, un kilo se vende por 3,50 euros. Pero estos ingresos apenas alcanzan para mantener a una persona, y Doña Elisabeth también tiene que cuidar a su padre. Así que el final de mes no es fácil, y ella depende en gran medida de las visitas a su granja para complementar sus ingresos. 

Rosi de Caño Negro 

Rosi es originaria de Caño Negro, donde trabaja como guía y creó su empresa Paraíso Tropical hace más de 12 años. Vive en una pequeña isla de la reserva natural con su marido, también de la zona, y sus dos hijos. El terreno donde viven pertenecía a la madre de su marido. Hace varios años, ella propuso a su nuera que se mudara allí, pero no había agua ni electricidad. Esto bastó para asustar a Rosi y se vino a vivir a esta isla con su marido y sus dos hijos. Durante tres años, vivieron de un generador para producir electricidad antes de instalar un sistema viable. Ahora están conectados al suministro eléctrico central. La vida en una isla es sin duda pintoresca y encantadora, pero también tiene ciertos inconvenientes: en época de lluvias, no es raro que se inunde la planta baja. Además, hay que coger una barca cada vez que se sale. Su hijo mayor, ya mayor de edad, aprendió a conducir desde muy pequeño con su padre, pero el pequeño, de 10 años, aún no se atreve a tomar el timón, ¡aunque su madre le ha dejado claro que algún día tendrá que hacerlo!  Caño Negro es una región de impresionante belleza natural, con un ecosistema rico y diverso. Este humedal es famoso por su excepcional biodiversidad, hogar de multitud de especies animales y vegetales. Su exuberante naturaleza incluye lagunas, ríos serpenteantes y pantanos, creando un hábitat ideal para una gran variedad de aves acuáticas, reptiles, mamíferos y peces. Los observadores de aves estarán encantados con la presencia de garzas, garcetas, espátulas, cigüeñas, jacanas y muchas otras especies de aves migratorias y residentes que Rosi presenta con entusiasmo a los visitantes.  Dar un paseo en barco o una caminata nocturna con ella es una experiencia cálida y gratificante. Esta mujer es literalmente un libro abierto, que comparte con pasión sus conocimientos sobre la flora y la fauna locales y las fascinantes historias de la comunidad a lo largo de muchas generaciones.

Las hermanas Bazu de Los Chiles

En el pequeño municipio de Los Chiles, antes de entrar en la reserva de Caño Negro, podrá descubrir el tradicional trapiche de las hermanas Bazu. Su establecimiento familiar incluye un restaurante de comida típica de la zona, situado en medio de un exuberante verdor. Bajo la propiedad, una de las hermanas, Noelin, nos acompaña en un recorrido por el famoso trapiche. Se trata de un molino tradicional utilizado para extraer el jugo de la caña de azúcar. Es un lugar emblemático donde se puede observar el proceso tradicional de fabricación del azúcar de caña, practicado a menudo en las zonas rurales del país. Estos molinos de madera se manejan a mano. Una visita al trapiche es una experiencia auténtica y envolvente de la cultura costarricense, llena de lecciones sobre la historia, las tradiciones y las técnicas artesanales de la producción de azúcar. También es una oportunidad para degustar delicioso zumo fresco de caña. Tras esta primera actividad, Noelin nos dirige a la cocina exterior de la propiedad, donde nos espera su hermana para un taller de elaboración de tortillas. Esta vez, ¡no se trata de coger harina de maíz ya hecha! Hay que molerla a mano varias veces hasta obtener un grano muy fino. Nos lo cuenta Noelin: "Mi sobrina sabe hacer tortillas porque su tía (yo) le enseñó, ¡pero sólo tiene diecisiete años! Hoy en día, si le pides a cualquier chica de esa edad que haga tortillas, te mirará y te dirá 'vete a comprarlas al supermercado'. Pero eso forma parte de nuestra cultura. También hacemos tortillas grandes, las llenadoras (los rellenos), porque somos seis hermanos. Así que imagínate, ¡una sola mujer cocinando para sus seis hijos! Es más, no teníamos mucha diferencia de edad, entre uno y dos años, así que ¡imagínate la cantidad de comida para tantos niños! Así aprendí a hacer los grandes llenadoras. ¡Sólo uno por persona y ya estás lleno! De ahí viene el nombre, ¡te llenan jaja! Es más, no sé cuántas recetas hay en la cocina costarricense con maíz, ¡pero son muchísimas!".  En la foto (de izquierda a derecha) se puede ver a la sobrina de Noelin, que quiere seguir los pasos de sus tías trabajando con ella, a Noelin, a su hermana mayor, encargada de las cuentas de la empresa, y por último a la hermana pequeña, ¡la cocinera de la familia! 

Mujeres inspiradoras

Estas mujeres han convertido el turismo en un medio de empoderamiento y realización, a pesar de los retos a los que se han enfrentado, y no podemos sino saludar su determinación y resistencia. Al poner de relieve sus viajes, esperamos inspirar el cambio y animar a todos a trabajar por un futuro más justo e igualitario para todos, porque sí, cada acción cuenta; incluso una simple visita a un parque no tendrá el mismo impacto si se hace a través de una agencia de turismo de masas o de operadores turísticos locales que promuevan la igualdad de género y la conservación del medio ambiente.   
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