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Historias y modos de vida de la comunidad aborigen Maleku

Morpho Evasaions Costa Rica lleva varios años colaborando estrechamente con la comunidad amerindia de Malekus, en la región norteña de Guatuso. Los Malekus quieren mostrar a los visitantes su modo de vida y su rica cultura. Los Malekus son uno de los pocos grupos indígenas de Costa Rica que han conseguido mantener viva su lengua, la maleku-haikaLos Malekus pueden construir viviendas circulares y chozas cónicas con fines rituales, así como grandes casas rectangulares -conocidas como "casas"- para su modo de vida tradicional, basado en la caza, la pesca, la horticultura y la recolección. Los Malekus pueden construir viviendas circulares y chozas cónicas con fines rituales, así como grandes casas rectangulares -denominadas palenques - para uso social y ceremonial. Sus artesanías incluyen calabazas grabadas y máscaras de madera que representan animales como jaguares, monos, serpientes y mariposas (Ceruti, 2010: 42).  Aquí proponemos combinar la información recogida en la comunidad por el decano de una familia con estudios extraídos de libros universitarios de antropología que aportan más detalles sobre la historia y la cosmovisión de esta comunidad. 

I- Comunidades amerindias de Costa Rica 

Costa Rica Hay 8 comunidades indígenas divididas en 24 territorios denominados Reservas Indígenas el Bribris, Cabécares, Malekus, Chorotegas, Huetares, Ngabes, Bruncas y Terrabas. Los amerindios costarricenses representan 2,4% de la población total del país (según el último censo de 2011); suman alrededor de 104.000 personas y 34,5% viven en Reservas Indígenas (Aguilar, 2022: 47).  Derecho aborigen (Ley Indígena) de 1977 reconoce legalmente estos territorios establecidos en los últimos 45 años. Según esta ley, los territorios indígenas son inalienables e imprescriptibles, intransferibles y exclusivos de las comunidades nativas que los habitan. Sin embargo, la falta de demarcación física y de aplicación de esta legislación ha permitido que personas ajenas se apropien de tierras y recursos, lo que ha llevado a la destrucción de las formas de vida de los nativos. En la actualidad, solo 60% de las tierras de reserva están en manos indígenas (Morales, 2015: 177). El siguiente mapa muestra la distribución geográfica de los distintos territorios amerindios en Costa Rica (Aguilar, 2021: 24): Comunidades indígenas costa rica mapa La comunidad Malekus es el grupo amerindio más pequeño de Costa Rica, con unos 700 habitantes en todo el país (Aguilar, 2022: 48); viven principalmente en la Reserva Indígena de Guatuso (Reserva Indígena de los Guatusos) creada en 1976. La reserva tiene una superficie de 2.994 hectáreas y está situada en el distrito de San Rafael de Guatuso, en la provincia de Alajuela, con tres sitios principales: El Sol, Tonjibe y Margarita (Vázquez, 2006: 28). La reserva está situada entre los ríos El Sol, La Muerte y La Cucaracha, atravesados de norte a sur por la carretera nacional conocida como Corredor del Atlántico Norte desde 1983. (Aguilar, 2022: 48). Además, sólo 20% del territorio Malekus están realmente bajo administración indígena; los 80% restantes están ocupados por alóctonos (pueblos no amerindios) (Morales, 2015: 178).

II- Los Malekus durante la colonización y en el siglo XIX

  1. Territorios robados y poblaciones diezmadas 

Su territorio ancestral se extendía entre los volcanes Tenorio y Arenal, abarcando el río Celeste y Cano Negro. Según las leyendas de los Malekus, la cascada del Río Celeste está embrujada, ya que en una ocasión se arrojaron a ella ofrendas de oro. Se dice que un "tico" del pueblo de San José, que hizo caso omiso de la advertencia, perdió una valiosísima cadena de oro mientras se bañaba en la cascada (Ceruti, 2010: 41).  La tradición oral desempeña un papel importante, y las historias de la comunidad se transmiten de generación en generación. Rigoberto, el miembro más anciano de la familia que conocemos, nos cuenta:  "Según la historia, éramos 22 comunidades, 22 pueblos y 11.000 habitantes. Pero entonces llegó la invasión española. Los colonos robaron tierras, violaron mujeres y mataron niños. Trajeron perros feroces y empezaron a matar malekus que querían defender su tierra. Se libraron varias batallas en lo que se conoce como el Río de la Muerte (El Río de la Muerte). La gente se caía al río y el agua se teñía de rojo sangre, lo que le dio su nombre, el Río de la Muerte. A causa de la guerra de la época, el paludismo, la tuberculosis, las mordeduras de serpiente y los invasores con sus armas, nuestra población, que sólo tenía arcos y flechas para defenderse, fue rápidamente diezmada. Varios supervivientes se marcharon a Tenorio, otros a Upala. Cuando el conflicto se calmó un poco, nuestra comunidad se dispersó por todas partes. La división causada por los invasores fue la causa del fin de los malekus como gran comunidad unida. Ahora hay 24 territorios indígenas en toda Costa Rica. Los amerindios vivían en Costa Rica mucho antes de la invasión. Después llegó Cristóbal Colón y empezó a entrometerse en nuestros territorios, ¡pero nosotros somos la población originaria! ¡El núcleo del país! "   Cultivaban principalmente plátanos, cacao y maíz. Es importante mencionar que algunos cultivos tenían múltiples usos en el pasado. Por ejemplo, el pejibaye utilizado como alimento también proporcionaba materiales para techar casas y para fabricar arcos, flechas, lanzas y machetes de madera. Hoy en día, el pejibaye sólo se utiliza para el consumo local y la venta (Vásquez, 2006: 33).
  1.  Estilo de vida entre los siglos XIX y XX

Las actividades de subsistencia de los Malekus a principios del siglo XX, cuando aún tenían acceso a la mayor parte de su territorio histórico y a sus recursos de tierra y agua, se basaban en la capacidad de combinar estrategias de producción, caza, pesca y recolección: 
  • Eran buenos cazadores, selectivos con los animales que capturaban para el consumo, ya que existían complejas normas de prohibición, tabúes y comportamiento establecidas por los Tocu marama (dioses). Estos dioses indicaban qué animales salvajes no debían comerse, ya que se consideraban impuros y podían causar males como la locura, la incitación al mal comportamiento y la muerte. La caza era una actividad principalmente masculina. Sin embargo, las mujeres y los niños participaban en la caza de iguanas y aves cerca de sus casas y en las parcelas cultivadas, y acompañaban a los hombres en los largos viajes. Cocinaban para los cazadores, les ayudaban a trinchar y ahumar la carne para conservarla y la transportaban a sus casas.
  • Los Malekus utilizaban diversas técnicas de pesca que incluían el buceo, el uso de arcos y flechas, lanzas, cuerdas de fibra y anzuelos de hueso de animal, así como un veneno extraído de la corteza de dos lianas conocido como cúriquirra.
  • La recolección de muchas plantas y hierbas silvestres con fines medicinales también era una práctica esencial. Utilizaban una gran variedad de medicinas elaboradas con raíces, enredaderas, hierbas, hojas, cortezas, flores y semillas para tratar diversas enfermedades como la diarrea, la gripe, la tos, el asma, el reumatismo, la artritis, la diabetes, la inflamación y la anemia.
  • La base alimentaria de la comunidad maleku procedía principalmente de los campos de plátanos, cacao y maíz, complementados con proteínas animales obtenidas de la caza y la pesca.
Otras estrategias igualmente importantes para los malekus y que les ayudaban a asegurar su sustento eran compartir e intercambiar alimentos. Compartir consistía en regalar carne, pescado, pejibaye o cacao a familiares o vecinos con la intención de recibir a cambio algo de valor similar en un plazo razonable. El intercambio de alimentos consistía en cambiar distintas cantidades de alimentos, como maíz por cacao, pejibaye por caña de azúcar o mandioca por plátanos (Vázquez, 2006:30-39).  

III - Vida cotidiana actual 

      1. El cacao en el corazón de la vida Maleku

Al llegar a la comunidad, nos reciben las tres generaciones de la familia: el hijo, el padre y el abuelo. El abuelo nos da la bienvenida en maleku y su nieto, Carajaca, traduce: estamos en tierras sagradas y debemos purificarnos. Para ello, nos traen una bebida de cacao, que bebemos y nos frotamos por el cuerpo. El abuelo explica que el cacao es fundamental en la vida de los Malekus; es un alimento sagrado que les protege de muchas enfermedades, ¡incluidos los mosquitos! Cuando nace un bebé, por ejemplo, se le aplica un poco de grasa de cacao caliente en el ombligo para evitar infecciones.  Esta bebida se toma todos los días, a partir de las 4 de la mañana, antes de que salga el sol. Primero hay que ducharse y luego tomar un poco de cacao para alejar a los malos espíritus. Este superalimento recorre todo el ciclo vital de los Malekus y les sigue incluso después de la muerte. Explica Rigoberto:  "Un maleku dice: "No quiero que me entierren en casa cuando me muera". Porque no tenemos cementerio, pero la vestimenta es importante: una manta de lentisco (es un árbol) que se superpone con varias capas, plumas en la frente, cacao y el bastón de poder. Estos objetos están ahí para compartirlos con los demás muertos, porque es como una gran casa donde se reúnen todas las almas. Antes de llegar a la casa, hay un puente que el difunto debe cruzar, con un demonio que quiere llevarse el alma. El difunto debe decir "soy un dios", levantar la pluma y utilizar el bastón de madera del poder para cruzar al otro lado. El bastón se utiliza para cada persona que muere. Aquí murieron cinco Malekus y pudieron recibir el bastón de madera del poder, que es muy pesado. Estos diferentes ornamentos se utilizan para los que ya están enfermos y a punto de morir. Pero para las muertes trágicas, como los accidentes, los dejamos en la montaña, porque no podemos tenerlos con nosotros". Comunidad Maleku

    2. Comidas  

A continuación, Rigoberto nos habla de su dieta y de un plato tradicional llamado mafuriseca. De niño, le servían esta comida en grandes hojas de bijagua. Se necesitan cinco capas de hojas para cocinar el pescado en su interior, que luego se cuece al fuego. Las dos primeras capas se queman, mientras que las capas inferiores permanecen intactas pero conservan el sabor ahumado. Este tipo de cocción produce mucho vapor, que libera un sabor anisado natural. Llega su nieta y nos sirve este famoso plato mientras Rigoberto continúa su explicación:  "Los invasores que vinieron decían "pueblo inmundo, ¿por qué coméis esto?". ¡Porque nuestra comida estaba hecha de cacao, maíz, mandioca, ticisqui, carne de animales silvestres, pescado y fruta de los árboles que recogíamos en las montañas! Nos lo decían porque estaban acostumbrados a comer arroz, judías y cerdo, así que para ellos éramos unos guarros".    Esto demuestra la importancia que Rigoberto concede a la historia de la colonización y al trato dispensado a su comunidad, cuya alienación fue tan total que aún hoy siente las consecuencias en su vida cotidiana.   

3. Estrategias locales para la revitalización lingüística de una lengua autóctona

Lengua maleku Mientras Rigoberto se dirige a su nieto en maleku y éste responde en español, el abuelo nos da detalles de su lengua materna:  "Les hablo en maleku y me contestan en español. Lo entienden, pero no quieren hablarlo. Probablemente les da vergüenza. Cuando era niño, me decían que hablar maleku no estaba bien, que era mejor olvidarlo y hablar en español. Eso pensaba yo. Cuando llegaron los invasores, nos llamaron "Indios y "cerdos", como si nuestra lengua fuera inútil. Así que los malekus tienen la idea de que su lengua es inútil y que deberíamos olvidarnos de hablar en maleku. Pero ahora es muy importante para mí, es una bendición haber tenido tantas lenguas, tantas costumbres, es muy bueno y ya no me da vergüenza hablar en maleku". A su vez, Carajaca, el nieto de Rigoberto, explica algunas nociones básicas para entender la lengua:  "En maleku, los colores se describen de forma más gráfica y directa. Por ejemplo, para decir amarillo, no utilizamos la palabra amarillo como en español, sino que lo describimos como parecido a la flor del calabacín, que es amarilla. Del mismo modo, otras tonalidades se asocian a elementos de la naturaleza, como la flor de calabaza, que representa un tono amarillo anaranjado o más ocre. El rojo, por ejemplo, se asocia al color de la sangre, y se utiliza la palabra Li, que significa sangre. También puede asociarse al color de las gambas. Se describen diferentes tonos de blanco, desde un blanco muy puro como el del ñame, hasta un blanco más cálido y menos intenso, similar al color de la leche de ule, que es más moteado. Estos son los colores más utilizados y reconocidos en la cultura maleku. También existe un diccionario maleku elaborado por un profesor de la Universidad de Costa Rica que ha trabajado en él durante los últimos 50 años. Aunque el profesor falleció hace unos años, otro estudiante ha retomado su trabajo. Este diccionario abarca tanto las traducciones del maleku al español como las del español al maleku, lo que lo convierte en un recurso muy completo para la conservación y el estudio de nuestra lengua". No es de extrañar que los Maleku ofrezcan un curso de iniciación a la lengua como parte de las actividades de su centro turístico. Los visitantes pueden sumergirse en el corazón de su cultura aprendiendo algunas nociones básicas de maleku para abrirse a su cosmovisión, su forma de ver y entender el mundo. Este taller le ayudará a comprender que, aunque compartamos el mismo mundo, hay mil y una formas de verlo, decirlo y sentirlo. 

Conclusión

Gracias a las historias contadas por algunos lugareños, que nos permiten conocer su modo de vida, hemos podido poner de relieve la diversidad cultural de la comunidad indígena Malekus de Costa Rica. Los viajeros tendrán la oportunidad de descubrir oficios que han perdurado durante muchas generaciones. Una visita a la comunidad Maleku promete una experiencia enriquecedora e inolvidable, donde el espíritu de aventura se mezcla armoniosamente con el respeto por la cultura y el medio ambiente.

Bibliografía

Ceruti, M. C. (2010). Los volcanes sagrados en el folclore y la arqueología de Costa Rica. Mitológicas, 25, 39-50. Morales, F. Z. (2015). Desarrollo local a través del turismo en el territorio indígena maleku, costa rica. Líder: revista laboral interdisciplinaria de desarrollo regional, (27), 172-194. Solís Aguilar, D. A. (2022). Etnografía socioespacial de las territorialidades históricas maleku en Costa Rica. Relaciones. Estudios de historia y sociedad, 43(171), 45-70. Solís Aguilar, D. A. (2021). Territorialidades del pueblo originario maleku en Costa Rica. URL:  https://hdl.handle.net/10669/88228 Vázquez, R. C. (2006). Estrategias de subsistencia de los indígenas Maleku de Costa Rica a principios del siglo XX. Revista Reflexiones, 85(1-2). URL : https://revistas.ucr.ac.cr/index.php/reflexiones/article/view/11429  
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